Alemán, de padres nigerianos, Adde Adesokan es un apasionado de la fotografía, de los viajes, pero, sobre todo, de las personas, y eso se palpa y se disfruta en cada una de sus instantáneas. Autodidacta de la imagen, Adesokan viaja, pero no sólo entre ciudades, sino entre culturas y vidas.
Vietnam, París, Tokio, Londres, Hamburgo, Estambul o Israel. Todas ellas vistas a través de sus calles, de sus historias difuminadas, de retratos llenos de fuerza, de esquinas que hablan. Adesokan se mueve como pez en el agua entre el blanco y negro: busca en cada uno de sus matices una nueva oportunidad de jugar con el desenfoque, con las luces y la velocidad, con el ritmo de la ciudad y de sus personas. No se trata de fotografías de viajes, se trata de rostros viajados que juntos dibujan un gran mapa fotográfico de culturas y miradas. Y de paraguas, se trata de paraguas y de niños, dos elementos que se repiten en cada serie del fotógrafo.
Pero no sólo de kilómetros se alimenta su pasión por la fotografía. Es recomendable, también, conocer su proyecto Triptychs os strangers, por su originalidad, no tanto en el formato sino en el contenido.
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