Esta semana mi cuerpo tenía la necesidad de explosiones y grandes efectos especiales y que mejor seguro para pasar un rato entretenido que ir a ver una producción del todo poderoso J.J. Abrams (Perdidos o Super 8 )
De la mano de Tom Cruise, Abrams firma como productor una película que ofrece lo que promete. Acción a discreción en lugares lejanos y exóticos rodeados de lujo y los más increíbles gadgets que la mente humana pueda imaginar.
Nos encontramos con la 4ª entrega de la adaptación de la famosa serie televisiva Misión Imposible (estrenada en 1966 en EE.UU). En esta ocasión nuestro protagonista Ethan Hunt (Tom Cruise) deberá enfrentarse, abandonado por su gobierno, a viejos fantasmas del pasado. Un “mal entendido” entre superpotencias, EE.UU y Rusia, puede desencadenar una guerra nuclear a escala global. Ethan Hunt y su equipo deberán perseguir y detener al megalómano de turno, obcecado con la destrucción mundial.
La historia no es original, y los diálogos no son profundos, pero sin duda si es la opción perfecta para quien solo quiera entretenerse a lo largo de los 133 minutos que dura la película, ya que la acción frenética que se sucede te deja pocos momentos de respiro.
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