El disco de remezclas que ofrece Lady Gaga a sus seguidores es un disco lleno de luces y sombras. Pese a ser una propuesta mediocre en su resultado, es interesante en su concepto. Juntar a la estrella número uno del pop con la crème de la crème de la música independiente es algo que resulta más que atractivo a primera vista. Pese a tener a artistas como Goldfrapp, Two Door Cinema Club, Metronomy o The Weeknd, el disco resulta pesado y algo monótono, algo que no ocurrió con el disco de remezclas de The Fame.
Goldfrapp convierte a Judas en una canción turbia, decadente y carente de ritmo, Michael Woods utiliza la voz de Lady Gaga como algo más que secundario en Black Jesus + Amen Fashion, mientras que The Horrors hacen que Bloody Mary se pierda en una producción oscura y repetitiva.
No todo iban a ser malas noticias. Por suerte en este cajón desastre hay cosas tan interesantes como la remezcla que Two Door Cinema Club hace de Electric Chapel, bastante parecida a la versión original o el sobresaliente remix de Judas por parte de Hurts, que aporta ese toque oscuro y melancólico que le faltaba al tema. Mención especial a las maravillas que han hecho Metronomy y The Weeknd con Yoü and I y Marry The Night respectivamente.
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